jueves, 22 de marzo de 2012

LA KUNDALINI: LA ENERGÍA DE TODO NUESTRO POTENCIAL HUMANO




En el Hatha Yoga Pradipika, uno de los grandes textos clásicos sobre la ciencia del Yoga, el Kundalini Yoga es elogiado como la base de todas las prácticas del Yoga, como la síntesis de todas las enseñanzas y las diferentes prácticas de esta disciplina milenaria. Más antiguamente aún, se encuentran referencias a la energía kundalini en el Rig Veda (uno de los textos más antiguos del mundo), bajo el nombre de Vâc Virâj (“voz resplandeciente”), donde se describe como la “serpiente reina” (sârpa-râjnî).

La experiencia del uso de la kundalini ha sido guardada y preservada en Oriente durante milenios como un secreto por parte de sabios y místicos de todos los tiempos. Ha sido sólo en las últimas décadas cuando esta técnica, elaborada sobre un modelo conceptual completo que ha proporcionado a los practicantes un mapa orientativo en sus esfuerzos por despertar de forma sistemática su propio poder, ha llegado a Occidente en forma de enseñanza libre.

Bajo el prisma del principio de que el cuerpo es un microcosmos que refleja fielmente la configuración del macrocosmos, se considera la kundalini como la forma individualizada del principio cósmico femenino (Shakti). Se cree que esa forma femenina se manifiesta como kundalini, por un lado, y como fuerza vital (Prana) por otro. No obstante, la kundalini se considera como una energía fundamental en el proceso espiritual. Quizás pueda compararse la relación entre prana y kundalini a la existente entre una bomba normal y una bomba atómica. El practicante concentra toda la fuerza del prana, a través de la respiración, para activar la energía kundalini y hacer que se eleve a través del conducto central del cuerpo (Sushumna).

La kundalini reside en forma latente, brillante como un millón de soles, en el centro energético (chakra) más bajo del cuerpo (Muladhara). El estado potencial de la kundalini se ha representado ancestralmente como el de una serpiente que descansa enrrollada tres vueltas y media sobre sí misma.
La tarea del practicante de Kundalini Yoga consiste en obligar a esta "serpiente" a desenrollarse y ascender hasta el séptimo chakra, el loto de mil pétalos (Sahasrara) en la cima de la cabeza, donde se localiza el polo estático de la energía psicoespiritual, donde reside Shiva, el principio cósmico masculino. La unión resultante entre Shiva y Shakti, entre el dios y la diosa, se considera como el máximo objetivo del Kundalini Yoga. Se manifiesta como un cambio radical de conciencia donde desaparece la sensación de individualidad y es posible sentir la unión con todo el Universo, lo que se traduce en una experiencia de felicidad extraordinaria.

La realización final del practicante a través del Kundalini Yoga, que busca realizar también el potencial psicoespiritual del cuerpo, se considera más completa que la obtenida por medio de cualquier otro tipo de yoga. El gran objetivo del Kundalini Yoga es extender la iluminación al cuerpo y a la existencia física en general, expresado con la fórmula de que la liberación y el disfrute del mundo son una y la misma cosa. En otras palabras, no es sólo un estado de transcendencia mental, sino que se transciende también el cuerpo. 

En occidente, Yogui Bhajan creó a finales de los años 60 la organización 3HO, que difundió una especie de Kundalini Yoga “blanco”, apto para ser practicado en Occidente. La práctica se lleva a cabo a través de la práctica de posturas, poderosos ejercicios de respiración, y meditación combinada con cantos y mantras. Según esta escuela, cantando "el nombre verdadero" (Sat Nam), se crea un calor especial que quema completamente las semillas del karma (las deudas pendientes con el pasado). La energía kundalini es también el potencial creativo de cada persona, y el Kundalini Yoga es el yoga que permite al practicante descubrir todo su potencial humano.

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