jueves, 6 de septiembre de 2012

EL OTOÑO: UN VIAJE HACIA NUESTRO INTERIOR





Se acaba el verano y empieza el otoño. La plenitud de la vida que representa el verano va dejando paso a una época de calma, de madurez, de quietud. El verano invita a salir al exterior y el otoño nos lleva hacia dentro, nos prepara para la época que le sigue, el invierno, en donde vamos más para adentro aún, almacenando nuestra energía en nuestro interior. El otoño es, además, una época delicada, pues se producen toda una serie de cambios y variaciones en nuestro organismo, tanto a nivel físico como energético.

Durante los meses de septiembre y octubre, al menos, vamos a tratar en nuestras clases de yoga los principales aspectos relacionados con la llegada del otoño. Los lunes trabajaremos sobre el sistema inmunológico y el sistema linfático, por un lado, y sobre los estados de ánimo (el otoño es la estación en que más síndromes y trastornos depresivos se registran). Los jueves se hará hincapié en los pulmones y la respiración; en esta estación los órganos que exigen más atención son los pulmones, donde se purifica la sangre, el intestino grueso y la piel.

En el otoño son frecuentes los constipados, las gripes y otros procesos víricos, fruto de la depresión que vive a su vez nuestro sistema inmunitario. El yoga nos ayuda a regular y a estimular nuestro sistema inmunológico, ayudándonos a resistir ante las enfermedades y las infecciones. En cuanto a los estados de ánimo, las hormonas del estrés como el Cortisol contribuyen también a deprimir el sistema inmunológico. El estrés afecta, entre otras, a la glándula Timo, que está en el centro del pecho y está asociada al cuarto chakra, y reduce su tamaño, así que las posturas que abran el pecho activarán el timo. Entre ellas tenemos la cobra, el puente, el arco, etc.

Por otro lado, las posturas invertidas aumentan la circulación de la sangre y el riego cerebral, activan el sistema linfático y el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. Entre ellas tenemos la vela, el arado, etc. Para el estrés tenemos maravillosas posturas para calmar nuestro sistema nervioso, como son la postura de bebé, perro boca abajo, etc. Lo mismo ocurre con los trastornos depresivos; hay varias kriyas con las que podremos manejar tanto la depresión estacional (ciclotimia), el síndrome postvacacional, la depresión subconsciente o la depresión causada por hechos o vivencias puntuales.

Ya hemos comentado que los pulmones son órganos que exigen una particular atención durante el otoño. Así que vamos a ser conscientes de nuestra respiración para favorecer la fluidez del prana, para aumentar nuestra capacidad pulmonar, para saber energetizarnos a través de la respiración (los pranayamas). Entre los ejercicios de yoga para los pulmones tenemos los ejercicios de flexión hacia atrás, como el camello, y hacia delante, como la pinza; o ejercicios de pranayamas, estiramientos; y también posturas invertidas como el arado y la vela, y otras como yoga mudra y la postura de bebé.

Entre los alimentos destacados y recomendables para el otoño destacan la naranja, zanahoria, remolacha, rábanos, frutas y verduras crudas, nueces, almendra y maní. Hierbas: Yanten.

Así que trabajaremos en consonancia con la estación venidera y vamos a prepararnos para el otoño: los lunes sistema inmunológico, linfático y estados de ánimo. Los jueves los dedicaremos a los pulmones y a la respiración a través de ejercicios de pranayamas.

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