sábado, 15 de junio de 2013

CANTAR Y MEDITAR CON MANTRAS: UNA ORACIÓN QUE EL UNIVERSO RESPONDE



Los Mantras y otros tipos de canciones y músicas “poderosas” han sido usadas en el pasado, y aún ahora, por muchas culturas. La confianza en estas prácticas y el éxito en su uso son debidos a la vibración de las notas de la voz en el cuarto chakra y en el chakra de la garganta (4º y 5º, Anahata y Vishudda), que estimulan las vibraciones simpáticas en el Universo para que este responda.
¿Cómo es ello posible? Porque nosotros también somos Universo. Todo está conectado. Lo que hay fuera vuelve a ti. Y cuando se le ofrece un sonido con total confianza y siguiendo unas pocas instrucciones precisas, el Universo te escucha y responde.
Esos mantras y otras canciones de poder se utilizan en la preparación de un viaje, para la curación, para obtener prosperidad, como protección, para una celebración, para buscar consuelo, para incrementar las habilidades psíquicas, para comunicarse, o para usar en cualquier momento en que se desee conectarse con el Universo de esta manera tan bella y especial.
Mediante nuestro canto, el poder del pensamiento y la vibración alcanza el estado sólido y material en este mundo. Puede parecer un milagro, o un acto de magia. Pero no, en realidad es una increíble mezcla de arte y ciencia: música y física cuántica bailando juntas para reivindicar nuestra energía espiritual y nuestra creatividad.

El principal ingrediente para obtener buenos resultados no es tener una gran voz o cantar de maravilla. Esto no es Operación Triunfo, no es un concurso y aquí todos ganamos. La clave es el deseo, la intención y la fuerza de voluntad. Si realmente queremos que algo ocurra: esta sanación, esa mejora laboral, aquel viaje soñado,… Si realmente podemos sentir ese deseo como algo propio y consustancial con nuestra identidad, sólo hemos de poner toda nuestra energía emocional y nuestra confianza en el intento. Tardaremos más o menos, se producirá tal como habíamos esperado o con ciertos matices,… pero se realizará. Ese mantra, esa canción de poder, es una oración al Universo. Y el Universo siempre responde, de una forma u otra.

No hay que complicarlo todo como tantos otros han hecho. Es simple: canta, y tus vibraciones serán recogidas, procesadas y devueltas a ti, amplificadas.
Cuando cantamos con esos propósitos, somos como un artista científico. Producimos vibraciones capaces de transmutar las facultades físicas en psíquicas, y mediante las manifestaciones materiales alcanzar el mundo espiritual; en una palabra, del elemento Tierra, del plano material y físico en el que vivimos normalmente, nos proyectamos hasta la Conciencia Universal a la que todos pertenecemos.
En realidad, es como tocar música sin instrumentos, jugando sobre notas internas, poniendo en movimiento una escala vibracional particular, alcanzando un mundo supremo sin atributos, sin artificios. Tal como somos en nuestra identidad más auténtica y profunda: seres poderosos con un extraordinario potencial. Cantando, recordamos este hecho trascendental. Tan simple, tan sencillo, tan bello.



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