miércoles, 19 de octubre de 2016

ALMAS EN TRÁNSITO: PUJA DE GONGS PARA LA TRANSMIGRACIÓN




El tiempo camina hacia ti para buscarte nuevos planos de la realidad. 
Esta es la hora de la muerte y el renacimiento.
Aprovecha esta muerte temporal para obtener el perfecto estado.
Concentrado en la unidad de todos los seres vivientes.
Mantenido sobre la Luz Clara.
Úsalo para alcanzar el entendimiento y el amor. 

Déjate abrazar por la nueva vida que viene.
Bardo Thodol – El Libro Tibetano de los Muertos

La próxima Puja de Gongs que se celebra el próximo día 29 de octubre en Barcelona por parte de Gong Puja BCN, va a tener como objetivo la interiorización del proceso que llamamos Tránsito de las Almas (lo que se suele conocer como "muerte" en Occidente), el recuerdo de las almas de quienes ya partieron, y el posible acompañamiento a almas que puedan estar cerca de llegar a ese proceso.

En nuestra cultura occidental, el temor a la muerte está basado en el miedo a lo desconocido, a la duda con respecto a la inmortalidad, a la angustia por tener que abandonar a los seres queridos, al aferramiento a la forma física, a las viejas enseñanzas referentes al cielo y al infierno, etc.
Cuando no se ha establecido conscientemente contacto con el alma, como sucede en muchas personas, la muerte llega como un acontecimiento inesperado o penosamente anticipado. Pero la muerte no existe tal como se la comprende en Occidente. Y la primera lección a aprender es que el tránsito es una actividad de la propia alma. Éste es el primer gran concepto espiritual que debe proclamarse para combatir el temor a la muerte. La muerte o “tránsito” consiste en una abstracción del alma fuera del cuerpo físico denso, que conduce a la eliminación de todo con­tacto del alma con los niveles físico, emocional y mental.
En el momento mismo del tránsito, la individualidad no se pierde. Sólo desaparece lo que fue parte inte­grante de la apariencia meramente física: la personalidad humana. Lo que ha sido amado u odiado, lo que ha sido útil o inútil, los actos de quien ha servido a la raza o ha sido ineficaz, aún persisten, pues forman parte de la existencia inmortal del alma que la personalidad terrestre albergaba. Es más, el momento de la partida no es negativo ni catastrófico para el alma que deja el plano terrestre, sino una nueva oportunidad para asimilar lo aprendido y decidir los próximos pasos de su evolución.

Todo esto es fruto de un proceso, un ciclo constante que en ocasiones es llamado “reencarnación” o “samsara”, entre otros muchos nombres. Según este relato, el alma es el núcleo de conciencia inmortal e indestructible que en su viaje de evolución y aprendizaje “aterriza” en el plano físico en distintas personalidades y formas humanas de forma secuencial. Cada una de esas vidas es un peldaño en la escalera de la transformación. Cada tránsito es una oportunidad para hacer balance y elegir el siguiente paso en el camino evolutivo del alma.
Si somos conscientes de esto, también podemos serlo de que mediante nuestra intención y nuestra voluntad somos capaces de apoyar el tránsito de almas cercanas (familiares, amistades) para que sean acogidas en la luz. Asimismo, somos capaces de ayudar a hacer el traspaso hacia la luz a almas que creemos que todavía no lo han hecho y que se han quedado en un espacio intermedio, a veces fruto del apego a alguna persona o situación que todavía perdura en el plano físico.

La ley de la evolución necesita de la sanación de las almas, y para ello es necesario el traspaso hacia la dimensión de luz que el alma requiere para progresar en su viaje. El recuerdo siempre es bienvenido, pero el apego no hace más que lastrar y retardar la evolución, tanto del alma que parte como de la que permanece todavía encarnada.
Para ayudar a progresar a estados espirituales más avanzados a las almas de seres queridos que en este momento no se hallan encarnadas, o a las almas de personas de nuestro entorno que puedan estar en situación cercana a la “muerte”, podemos ofrecerles paz y armonía mediante ceremonias, canto de mantras, o simplemente manteniendo sus almas en nuestra conciencia en presencia de nuestra más genuina e infinita compasión, para que puedan alcanzar estados más luminosos y dejar atrás las miserias y negatividades acumuladas durante la vida.

Como dice otro de los pasajes del Bardo Thodol:
“Que la Sabiduría me guíe hacia adelante en el camino de luz que hace aparecer la esfera de todo objeto de conocimiento”

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